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Uno de los puntos que siempre se le cuestionan a las criptomonedas es el uso de la energía que se necesita para los equipos de cripto minería. Los ecologistas son los que cargan con la bandera de las críticas y afirman que el daño que se le realiza al medioambiente es incalculable.
Una de las principales regiones destino para la cripto minería es China, quienes tras una mala experiencia con un uso desmedido de electricidad, podría hacerse al camino de la energía más verde, la renovable.
China se ha comprometido a detener el aumento de sus emisiones de carbono antes de 2030 y se ha comprometido a lograr la neutralidad de carbono en 2060. Sin embargo, Mongolia Interior se presenta como un foco rojo a estos planes, pues esta región fue la única de las 30 áreas en las que se revisó el consumo e intensidad energética por parte de Beijing que "no cumplió con los objetivos de ahorro de energía en 2019".
A raíz de esto y para reducir el consumo de energía en el país, la región autónoma de Mongolia Interior se propuso cerrar todas las granjas mineras locales para abril de este año. El comunicado llegó por medio de la Comisión de Reforma y Desarrollo Nacional de Mongolia Interior, que apunta a prohibir de manera "estricta los nuevos proyectos de minería de criptomonedas en la región".
La propuesta de Mongolia Interior, que justamente limita con el país Mongolia, tiene como meta "limitar el crecimiento de su consumo de energía en aproximadamente 5 millones de toneladas de equivalente de carbón estándar en 2021". Entre 2016 y 2019, el consumo energético de la región creció un 9.5%, en tanto que el consumo global aumentó casi 65 millones de toneladas.
Mongolia Interior es la segunda región productora de carbón más grande de China y se volvió un territorio atractivo para los mineros cripto, ya que cuenta con una de las tarifas más bajas de Asia y también del mundo en cuanto a costo de electricidad. Pero este cambio de política invita también a repensar una energía más verde.
George Kikvadze, vicepresidente ejecutivo de Bitfury y jefe de minería de criptomonedas, se mostró contento por la propuesta de Mongolia Interior al asegurar que se estaría "cerrando a los mineros chinos que operan con carbón sucio". "¡Buenas noticias para la industria y los operadores que no son del carbón!", escribió a través de sus redes sociales.
Esta no fue la única voz que se alzó a favor de cerrar las granjas mineras que no utilizan energía renovable y que no cuidan el medioambiente. Nic Carter, socio fundador de la firma de capital de riesgo Castle Island Ventures, se sumó a este grupo al explicar que hay "dos provincias sucias" en China, haciendo referencia a Mongolia Interior y a Xinjiang, donde la minería de BTC es principalmente con carbón. Este proyecto podría acercarla a "dos provincias limpias", como son Sichuan y Yunnan, que trabajan con represas hidroeléctricas, bajo su perspectiva. Por el momento, Xinjiang no ha anunciado modificaciones con respecto a la minería.
El impacto ambiental de las criptomonedas no sólo importa y preocupa en China, sino que todo el mundo se encuentra concentrado en este punto.
El banco estadounidense Citi, que se acerca a los activos digitales, comunicó que los administradores de carteras están cada vez más interesados en los impactos (ambientales, sociales y de gobernanza) de sus inversiones. La mala reputación de BTC, así como el consumo de energía desmedido en algunas regiones, podría afectar en un futuro.
El proyecto de Mongolia Interior podría resultar en un importante paso para la utilización de otros tipos de energía que no sean la de carbón, acercando a nuevos inversores y colaborando con el medioambiente.
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