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Algo que caracteriza al ser humano es el hecho de que nunca se queda conforme con nada. Siempre quiere más y esa ambición, bien canalizada, hace que con el pasar del tiempo se vaya superando a sí mismo.
Día a día, personas alrededor del mundo aportan un poco de su conocimiento para llegar a un fin común; por ejemplo, lo que hace algunos meses parecía imposible hoy luce cada vez más alcanzable, la cura contra el coronavirus. Esta pandemia le ha enseñado al mundo entero, o bien, ha confirmado, dos cosas totalmente claras: La primera es que nunca se está lo suficientemente preparado contra una adversidad y la segunda es que nunca se hubiera llegado a la cura sin el uso de las TIC’s y talento de muchas personas que se atrevieron a sumar esfuerzos para descubrir esa cura.
El talento humano y el uso de las tecnologías que actualmente se tienen al alcance son la mejor fusión para avanzar, y de esa manera, es como Taiwán fue uno de los lugares precursores donde se dieron los primeros pasos para una Democracia Digital, es decir el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación en el ámbito político.
La Democracia Digital tuvo sus orígenes en los años 80’s cuando un científico estadounidense llamado Ted Becker dijo en una entrevista que había pensado en el hecho de juntar los medios electrónicos de aquella época con la democracia para que más personas alrededor de los Estados Unidos estuvieran interesados en ello. Cabe destacar que Ted Becker no lo llamó en aquel entonces Democracia Digital, sino “Teledemocracia” y con esa simple idea, surgieron las bases para este nuevo movimiento.
Desde ese momento, muchos países del mundo comenzaron a desarrollar nuevas ideas para poder implementar esa idea que parecía totalmente lejana pero que aún se tenían que afinar cientos de detalles. Con el pasar de los años, ciertos países avanzaron más en este ámbito debido a que les parecía una idea útil de adoptar, mientras que otros empezaron a tomar la iniciativa de una forma “repentina” como fue en Taiwán.
En 2012, el gobierno de Taiwán lanzó un video de alrededor 40 segundos en el que mostraba lo que harían para una reforma económica que estaban formulando para mejorar al país. Bajo el argumento de “Tenemos un plan muy complejo. Es muy complicado de explicar así que olviden los detalles, sigan las instrucciones y vamos todos juntos”, el vídeo fue poco informativo lo que causó indignación ante la población.
La falta de información por parte del gobierno llevó a que un grupo de personas hackearan la información acerca de la reforma económica y publicaron todos los datos que obtuvieron para exponerlas ante los demás en una página de internet. De esta manera todas las personas fueron capaces de ver lo que el gobierno realmente tenía pensado hacer con el dinero del pueblo y fue así como inició el movimiento g0v.
Aunque en el caso de Taiwán la tecnología fue utilizada para vulnerar al gobierno, pero en la Democracia Digital, los gobiernos poco a poco han ido adoptando estas innovaciones para mantener mejor informada a la población, y también, hacer más eficientes diversos procesos burocráticos: Hay que recordar siempre que el objetivo de este movimiento es Utilizar las TIC’s en la democracia.
Ahora que se entiende un poco mejor el objetivo principal de la Democracia Digital y algunos antecedentes es necesario tocar otro tema importante: ventajas y desventajas. Como toda tecnología, movimiento, idea, etc. en un inicio, siempre existe cierto escepticismo de algunas personas por adoptar totalmente lo que se está planteando. Al final del día, se implementará por completo y de una manera gradual, pero para ello, hay que estar conscientes de los pros y contras que generan un movimiento como este.
Orden. Un simple hecho como poder realizar una cita por medios electrónicos para hacer algún trámite pareciera actualmente de lo más normal. Sin embargo, hace algunos años parecía imposible y hoy, le da a la entidad que genera la cita, mucho más orden y control interno. Ese simple cambio, actualmente hizo que se diera una atención más grande a este aspecto por una razón que a todos nos ha castigado: COVID-19. La pandemia hizo a las personas ordenadas y puntuales, para que no se acumulara gente en cierto momento. Gracias a las TIC’s ahora puedes realizar el 80% de tu trámite desde la comodidad de tu hogar sin exponerse ni exponer a los demás.
Transparencia. Retrocedamos en el tiempo unos años atrás cuando fueron las elecciones presidenciales en 1988. El 50.4% de los mexicanos salió a votar el 6 de julio, y en aquel entonces el organismo que contaba los votos aún no era autónomo al gobierno. Pasaron las horas, y aún no se presentaba ningún resultado de los votos emitidos. Momentos más tarde, se anunció que el sistema se había caído y no iban a tener registros pronto de las elecciones. Como consecuencia, se presentaron los resultados 1 semana después, lo que despertó la inquietud de millones de mexicanos. Si se llegase a implementar un sistema en el cual las personas pudieran ver en tiempo real los votos, habría una mejor certeza de lo que se está haciendo es un acto lícito y las especulaciones serían menores.
Inclusión. En las elecciones presidenciales del 2018, el Instituto Nacional Electoral informó que solamente el 62.3% de la población acudió a votar. Estamos hablando que casi la mitad del país no hizo uso de su voto. La situación alarmante de esto es que alrededor de 45 millones de personas no votaron y pudieron haber cambiado el rumbo de las elecciones. Con la Democracia Digital se pretende hacer que ese porcentaje restante pueda informarse de lo que está pasando y, si se permitiera, llegar a votar desde la comodidad de su hogar sin tener que desplazarse o bien, informarse dónde pueden hacerlo.
Ser humano. Dicen por ahí que el peor enemigo del ser humano es otro ser humano. Así como hay personas que utilizan las TIC’s para un bien, desafortunadamente hay otras que las utilizan para todo lo contrario. ¿Cómo hackear un sitio o servidor que es imposible de hackear? Fácil, no lo haces. Hay personas que son realmente brillantes, pero usan esa inteligencia para algo totalmente perjudicial para muchas otras.
Desconfianza. La mayoría de las tecnologías o movimientos que van iniciando o tienen un objetivo que va a impactar de manera importante a la sociedad, genera mucha desconfianza a cierto sector de la población. ¿Por qué? Porque los cambios asustan porque no se sabe a ciencia cierta si van a ser exitosos o no y podría generarse pérdidas muy grandes en muchos sentidos. Es por eso, que muchas tecnologías se han descartado tiempo atrás, ya que la mayoría de la gente desconfió de algo que pudo ser beneficioso para todos.
Exclusión. Otro de los puntos más importantes de la Democracia Digital es hacer que muchas más personas se informen y participen en diversos temas políticos. Pero desafortunadamente en muchos países, no va a ser posible debido a las condiciones en las que se vive. Por lo menos en México en 2018, según el CONEVAL, reportó que el 41.9% de la población vive en situación de pobreza. Lo cual quiere decir, que muy probablemente no tengan acceso a Internet o alguna otra Tecnología de la información para poder unirse a la Democracia Digital. Como México, hay muchos países que sufren de la misma situación y lejos de incluir a la gente, se estaría excluyendo.
Como todo en la vida, las cosas siempre van a tener pros y contras; nunca va a existir una idea que sea perfecta desde que se tiene. Para que esa idea se convierta en proyecto, se tiene que ir puliendo hasta que resulte lo más rentable posible, de otra manera, siempre se quedará en idea y nunca va a concretarse.
Claramente tienen que mejorarse muchos aspectos, pero los objetivos principales que se tienen son y serán de gran ayuda.
El tema de la Democracia Digital es un tema debatible en el que cada persona genera su propio criterio al respecto y es por ello por lo que se debe implementar de manera gradual, pues será a través de pruebas y errores como se podrá llegar a un producto final
Actualmente estamos atravesando una etapa de transición en la que muchas cosas físicas están siendo reemplazadas por algo virtual. Afortunadamente, las generaciones que vienen estarán mucho más preparadas que las demás y de ellos dependerá que la Democracia Digital resulte ser un éxito u otra tecnología que se quede a la deriva para que tiempo después se retome.
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