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El surgimiento de Libra de parte de Facebook revolucionó el escenario económico mundial. La presentación de parte de la red social modificó buena parte de los planes de muchos países y obligó a una reestructuración.
Sin duda las Central Bank Digital Currency (CBDC) fueron las que recibieron mayor impulso como consecuencia de la red social de querer sacar al mercado su activo digital. Para hacer frente al gigante de internet, los gobiernos de todo el mundo apresuraron su camino para emitir su propia moneda digital.
China fue el primer país en anunciar que estaba trabajando en el yuan digital, lo que impulsó a otros territorios de la región a seguir el mismo camino. Corea del Sur y Japón rápidamente se pusieron manos a la obra. Sin embargo, la repercusión no fue únicamente en Asia. También en América y Europa comenzaron los proyectos para la creación de activos digitales gubernamentales.
Una voz que siempre se ha mantenido a favor del progreso, de la inclusión de esta nueva tecnología es la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde. La máxima autoridad monetaria de la región repitió su pensar en un panel virtual que compartió con el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, y el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey.
"Si va a facilitar los pagos transfronterizos, deberíamos explorarlo. Bien podríamos ir en esa dirección. Mi corazonada es que llegará", recalcó Lagarde, que entregó algunos detalles sobre la posible fecha de lanzamiento.
La autoridad francesa explicó que la versión digital del euro, moneda que nació 2002 para unificar a casi todo el continente, podría darse en los próximos dos o cuatro años y que no será un sustituto del efectivo, sino que más bien se aplicará como un "complemento".
Estas declaraciones de la máxima figura del Banco Central Europeo caminan en la misma sintonía que lo había dicho el mes pasado el gobernador del Banco de Finlandia, Olli Rehn, quien reveló que es "muy probable" que la moneda digital se presente en la próxima década.
Más allá de las buenas intenciones que tiene Lagarde, la llegada de un activo de este tipo estará sujeto a muchísimos controles y revisiones, por lo que los tiempos difícilmente puedan acortarse y realizar un lanzamiento en un plazo menor al estipulado.
La presidenta del BCE reconoció que no sólo se trabaja en la tecnología, sino que también en impedir el posible "lavado de dinero y la prevención del financiamiento del terrorismo".
Así como China ya se encuentra en pruebas y tests del yuan digital, Francia probó con éxito un euro digital en mayo. El piloto, que no entregó muchos detalles, estuvo centrado en los usos mayoristas en lugar de los minoristas.
“Debemos aportar nuestra piedra a la construcción de esta innovación, pero de una manera seria y metódica”, anunció el gobernador del Banco Central de Francia, François Villeroy de Galhau, en aquel momento.
Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos quien ya se había referido al tema en otras oportunidades, repitió que el Banco Central del país está analizando las posibilidades de un dólar digital, aunque por el momento "no se ha tomado una decisión sobre la creación de una moneda digital".
Por todo el trabajo de investigación ya mencionado que requiere un lanzamiento de este tipo, Estados Unidos tardaría más que la Unión Europea en la creación de su activo digital siempre y cuando sea cierto que por el momento no hubo un avance en la materia.
En tanto, Bailey, líder del Banco de Inglaterra, también se mostró en la acera de las CBDC. El gobernador se mostró un tanto preocupado por la "privacidad de las monedas estables emitidas de forma privada" y considera que las monedas gubernamentales pueden ser "la respuesta a ese obstáculo".
En palabras de Lagarde, la Unión Europea reafirma su postura y compromiso con las monedas digitales, lo que significa otro paso agigantado para el ecosistema de las criptomonedas. Apoyos de este tipo tendrán repercusión no sólo en la economía tradicional, sino que también impactará en las criptomonedas ya existentes.
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