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Es normal que siempre exista cierto tipo de resistencia ante lo nuevo, ante lo que nunca se ha probado antes.
Es esto mismo lo que está ocurriendo a las vísperas de que Bitcoin (BTC) se convierta en la segunda moneda de curso legal en El Salvador en donde el estatus quo tradicional del sistema bancario y financiero mundial, sigue advirtiendo que son desconocidos los efectos que puede generar dicha acción.
Por ende, y ante la incertidumbre que esto provoca, el sistema ha reaccionado siempre que existe un futuro incierto, aumentando las tasas de interés de los próximos préstamos del pequeño país centroamericano.
Cada vez son más las calificadoras de riesgos que han lanzado sus advertencias ante el futuro de El Salvador, por lo que los indicadores de riesgo país de la nación centroamericana han empeorado desde el año anterior. ¿La causa? Bitcoin (BTC).
Como expresamos en Bitcoin México, El Salvador hará de BTC su segunda moneda de curso legal, lugar que compartirá con el dólar estadounidense Esto obligará a los bancos nacionales a recibir Bitcoin como depósito, solo si así lo desea el público.
Además, se permitirán los pagos de impuestos y de servicios públicos con criptomonedas, por lo que hace meses el Estado lanzó su propia cripto wallet (Chivo), en donde cada salvadoreño que se registrase recibiría un bono de $30 dólares en BTC.
Es así que El Salvador se convertirá en la primera nación en hacer esto posible. Lo que además, podría traer implicaciones fuera de su frontera, pues esto obligaría, al menos en el papel, al Fondo Monetario Internacional (FMI) a recibir BTCs como parte de pago por cualquier tipo de préstamo.
Moody's, una de las calificadoras de riesgo más importante ha publicado su más reciente ranking de El Salvador, y ubica al país en “Caa1” o en “Riesgo Sustancial” siendo esta la peor clasificación en más de 21 años.
Sin embargo, los malos informes no terminan aquí, ya que otras calificadoras de riesgos también han levantado la alerta roja sobre el país centroamericano. Como es el caso de Fitch Ratings que ha empeorado su índice de B- hasta uno de riesgo extremo.
Básicamente, el riesgo crediticio, y el riesgo país, es usado por cualquier institución externa para calcular la tasa de interés de los préstamos, ya que estos toman en consideración la capacidad de pago del préstamo. Por ende, una peor calificación marca una tasa de interés más alta, lo que aumenta considerablemente los costos de endeudamiento para un país. En fin, superimportante para un país.
Según Fitch, para su equipo la principal preocupación es la mala articulación de El Salvador de los mercados tradicionales y las criptomonedas.
“Parece ser un paso innecesariamente apresurado. Deja a las compañías de seguros con muy poco tiempo para adaptarse a sus requisitos” señala la firma.
Para ellos, dicha interacción podría ser desastrosa sin que un marco regulatorio sea completamente operativo y 100% claro para todas las partes. Para Fitchs, esto podría traer problemas para los cambios instantáneos de dólar a BTC, lo que aumentaría la volatilidad de las divisas. Generando a su vez un mercado de arbitraje o mercado negro.
"Las firmas que mantengan Bitcoin en sus balances durante períodos prolongados estarán muy expuestas a la volatilidad de sus precios, lo que aumentará el riesgo de los activos, que es un crédito negativo", señaló Fitch.
Sin embargo, para una de las 3 Grandes del mundo de las calificadoras de riesgos, no se cree que muchas instituciones grandes almacenen grandes cantidades de BTC.
“Las aseguradoras probablemente convertirán bitcoin en USD lo más rápido posible para limitar los riesgos cambiarios, si los asegurados deciden usarlo para pagar las primas”. se lee en el informe de la firma.
Por último, esta calificadora señala que todos los sectores de la economía tendrán que apalancarse en Bitcoin para desarrollar la tecnología necesaria para incorporar a las criptomonedas a su modelo de negocio.
Esto podría generar que muchas empresas quiebren ante un posible retroceso de las criptomonedas. E incluso una dificultad para predecir los presupuestos de costos y de ingresos
“Probablemente incluirá la necesidad de mejorar los protocolos internos para aceptar pagos, reforzando la seguridad de sus sistemas contra los riesgos cibernéticos y el fraude e invirtiendo en asesoría para la junta directiva y los gerentes, así como la capacitación del personal que administrará directamente las transacciones”, concluye el informe.
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