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Este año 2023 ha estado marcado por una fuerte movida regulatoria por parte de Estados Unidos respecto a los activos digitales. Esto debería de resultar ser una sorpresa teniendo en cuenta los últimos sucesos en el sector.
Vale la pena recordar que 2022 fue un año particularmente crítico para todo el ecosistema de criptomonedas debido a que proyectos y plataformas, que parecían ser fuertes, se desplomaron. Esto reveló la profunda grieta regulatoria que existe en el ecosistema de criptomonedas y, por la cual, fue posible que FTX existiese.
No obstante, más allá de sacar a la luz un problema que ya muchos expertos venían reconociendo, los colapsos de 2022 pusieron como prioridad la regulación del mercado llevando a que los distintos entes regulatorios de Estados Unidos han tomaran medidas energéticas este 2023 en busca de aumentar la regulación de las criptomonedas y el resto de los activos digitales.
Por ejemplo, durante este mes de febrero, el Departamento de Servicios Financieros del Estado de Nueva York le solicitó a Paxos dejar de acuñar nuevos tokens de BUSD, la stablecoin frecuentemente utilizada por Binance. Evidentemente, esto provocó agitación en el mercado.
Asimismo, recientemente la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) aprobó una propuesta para ampliar los tipos de activos que los asesores de inversión deben mantener mediante custodios calificados. Es decir, con esta propuesta, los asesores de inversión se verán obligados a utilizar un custodio calificado; por ejemplo, bancos, para mantener los activos de sus clientes.
Entonces, sí, la regulación es parte fundamental de lograr que la adopción e innovación en el ecosistema continúe. El problema es cuando la regulación es sofocante o incierta porque conduce a temor por parte de los inversores.
Bajo este contexto, parece que las presiones regulatorias de Estados Unidos no están siendo bien recibidas por los inversores institucionales.
El 20 de febrero CoinShares publicó un informe semanal realizado por James Butterfill en el que se encontró que la semana pasada los productos de inversión en activos digitales registraron salidas por un total de $32 millones de dólares estadounidenses.
This week in Fund Flows, by our Head of Research @jbutterfill :
— CoinShares (@CoinSharesCo) February 20, 2023
Digital assets see US$32m in outflows, but rising prices push AuM to highest since August 2022.
Read the full report - https://t.co/EIXblrOBcL
Get a comprehensive view of last week’s crypto flows 🧵 (1/5) pic.twitter.com/WvJk15WAWs
Se trata de la mayor salida de capital que experimenta el mercado desde finales de diciembre de 2022. En particular, las salidas aumentaron a medido de las semana pasada en $62 millones de dólares estadounidenses, pero, para el viernes, el sentimiento mejoró y se observaron entradas de $30 millones de dólares; es por eso que las salidas netas de la semana pasada fueron de $32 millones de dólares.
El sentimiento negativo que se esparció en el mercado afectó particularmente a bitcoin. De acuerdo con CoinShares, la criptomoneda líder sufrió una salida de $25 millones de dólares estadounidenses; es decir, el 78% de las salidas de la semana pasado fueron de Bitcoin. Mientras que los productos en corto de Bitcoin registraron entradas de $3.7 millones de dólares. Es necesario recordar que las posiciones cortas implican invertir o apostar por la caída del valor de un activo.
Pero, ¿por qué? Pues CoinShares argumentó creer que la represión regulatoria por parte de Estados Unidos durante las últimas semanas es la responsable del aumento de las salidas de capital del mercado.
Pero, aún así, el sentimiento negativo de los inversores no se vio reflejado en los mercados más amplios debido a que, de hecho, los precios generales aumentaron alrededor de un 10% en la semana.
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