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Las criptomonedas son un fenómeno mundial que no conoce de fronteras: se puede comercializar en cualquier lugar del mundo y eso supone una preocupación para los países que manejan la economía, como es el caso de Estados Unidos.
Uzbekistán, a 11,000 kilómetros del país conducido por Joe Biden, estableció medidas para las empresas que trabajan con activos digitales.
Uzbekistán, que está cerca de China, fue uno de los territorios elegidos por los mineros expulsados por las autoridades chinas. Es así que en mayo de 2022, el gobierno local legalizó la minería criptográfica y anunció que aquellos que utilizaran energía solar no pagarían impuestos (sí los que apliquen energía eléctrica). A cinco meses de aquello, el país volvió a pronunciarse sobre el espacio.
Desde ahora en adelante, según informó News Bitcoin, las empresas de criptomonedas que operen en el país estarán obligadas a pagar un impuesto a partir de los cambios en la legislación. Estas modificaciones fueron lideradas por los propios reguladores de Agencia Nacional de Proyectos de Perspectiva (NAPP), la que depende directamente del presidente de la nación.
El monto a pagar por mes dependerá de la “función de la actividad empresarial” y la cifra a abonar de parte de los exchanges será cercana a los $11,000 dólares. En caso de no cumplir, las autoridades revocarán los permisos y esa compañía ya no podrá ofrecer sus servicios en el país.
Las tiendas de criptomonedas, que son aquellas que aceptan activos digitales, pagarán un promedio cercano a los $540 dólares, el doble de la tarifa de los mineros individuales. Los pools de minería, en tanto, abonarán más de $2700 dólares. En el último escalón están los proveedores de servicio de custodia: 135 dólares.
"La falta de pago de la tasa en el plazo de un mes constituye un motivo de suspensión de la licencia. Si la empresa no paga la tasa durante dos meses en el plazo de un año, la licencia puede ser cancelada", expresa la ley. El 20% de lo recaudado irá para la Agencia Nacional de Proyectos de Perspectiva.
Esta acción es una más de las ya tomadas por el gobierno de Shavkat Mirziyoyev: en junio bloqueó el acceso de intercambios internacional que ofrecían criptomonedas a los ciudadanos uzbecos sin la autoridad gubernamental.
"No tienen ninguna responsabilidad legal sobre las transacciones con criptoactivos, y no pueden garantizar la legitimidad de las transacciones, así como el correcto almacenamiento y la protección de la confidencialidad de los datos personales de los ciudadanos de la República de Uzbekistán", describió el presidente.
Tres de los exchanges internacionales más importantes del mundo estaban comercializando en el territorio: estos son Binance, Huobi y FTX. La autorización la han logrado intercambios locales por el momento.
Sin gran protagonismo en la escena mundial, Uzbekistán intenta regular a Bitcoin y al resto de las criptomonedas con la creación de impuestos. Más allá de esta situación, las operaciones prometen no detenerse.
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